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Publicado el 26 Oct 2022. Leer este artículo te llevará menos de 8 minutos
El precio de la energía se ha convertido en los últimos años en una de las principales preocupaciones de los españoles. No es casualidad que la instalación de plantas fotovoltaicas haya crecido de manera exponencial como respuesta a esto.
Los consumidores buscan nuevas formas de ahorro ante una escalada que parece no tener fin. Te contamos las perspectivas energéticas para este invierno sobre si seguirá subiendo el precio de la energía; revisando la evolución de este año y encontrando soluciones viables, duraderas y sostenibles.
Índice de contenido
Tras la segunda factura más cara de la historia en agosto de 2022 (130€ de media), los precios parecen haberse moderado durante septiembre y octubre, pero puede que se trate sólo de la calma antes de la tormenta.
Las perspectivas para este invierno con respecto al precio de la energía no parecen muy prometedoras. Si la situación con el gas no mejora y se cumplen los pronósticos de encarecimiento del carbón, tanto la incertidumbre como la escasez de suministro harán subir los precios finales del mix energético.
Todo apunta a que el precio de la energía volverá a marcar récords históricos este invierno. Con Alemania, Francia o Reino Unido pensando ya en medidas de reducción del gasto, el incremento del precio de la energía podría duplicarse o triplicarse en esos países, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
España no se verá tan afectada por esta subida, en principio, pero no seremos ajenos al incremento de precios y veremos cómo el precio que pagamos por la luz supera con creces los 150€/MWh, lo que se traduce en facturas por encima de los 100€, unas cifras que prácticamente no han bajado desde septiembre de 2021 y casi el doble de lo que pagábamos en 2020.
La subida de precios durante este último año se ha debido a varios factores. En primer lugar se produjo cierto desabastecimiento que nos obligó a importar energía procedente de Francia, lo que incrementó mucho el precio. Unos pocos meses más tarde comenzó la ocupación de Ucrania por parte de Rusia, un auténtico maremoto político, económico y energético que aún dura, pero cuyo impacto produjo un pico histórico en marzo, cuando se pagaron más de 440€/MWh en el mercado mayorista.
La amenaza que se cierne sobre Europa ahora es el desabastecimiento, especialmente en los países del centro de continente sin salida al mar, ya que, cerrados los gaseoductos con Rusia, la única forma de obtener gas es mediante transporte marítimo de gas líquido y posterior tratado en las regasificadoras de los principales puertos de Europa.
En el caso de España contamos con 6 plantas regasificadoras distribuidas por toda la costa peninsular, en Barcelona, Bilbao, Sagunto, Cartagena, Hueva y Mugardos. También contamos con el gas procedente de Argelia vía gaseoducto, pero a un precio mayor que el pactado anteriormente y con la negociación para el precio de 2023 aún abierta.
Las medidas del gobierno, como la conocida “excepción ibérica”, que pone límite al precio del gas en el mercado mayorista, están siendo insuficientes para rebajar significativamente el precio final que pagan los usuarios, pero no cabe duda de que sin ellas, el precio que se pagaría sería más elevado.
Según la OCU, el precio medio de la factura de los hogares españoles en septiembre se situó en los 110’55€, mientras que sin las medidas del Gobierno, se hubiera incrementado unos 23€ aproximadamente.
Además de poner límite al precio del gas, el Gobierno ha implementado otras medidas que también están contribuyendo a amortiguar el impacto en las facturas eléctricas:
Estas reducciones impositivas tienen vigencia hasta el 31 de diciembre de 2022, por lo que generan cierta incertidumbre respecto al inicio de 2023.
Mientras que los meses más duros de 2021 en España fueron noviembre y diciembre, se prevé que este año la escalada sea más progresiva pero constante durante el último trimestre del 2022 y el primero de 2023.
En el resto de Europa la llegada de las bajas temperaturas en noviembre causará un repunte exponencial tanto en el precio como en la demanda, que puede afectar a los países colindantes o al suministro durante los siguientes meses hasta la llegada de la primavera.
El Gobierno español también ha lanzado una propuesta de tarifa regulada para 2023, de manera que pueda suavizar los grandes picos en la factura de la luz, pero también incrementaría los precios durante periodos de mínimos.
Esta propuesta vincularía el PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) a los mercados futuros, y no a la subasta diaria, o ‘pool’ energético, que hace más volátiles los precios incluso dentro de un mismo día.
Todos los expertos apuntan a buscar tarifas fijas en el mercado libre y salir del mercado regulado, pero esto no es una opción para todo el mundo.
Las comercializadoras no han parado de ofertar nuevas tarifas fijas a sus clientes durante todo 2022, manteniéndolos al margen de los vaivenes del mercado. Esta es la opción que han elegido más de 19 millones de hogares.
Sin embargo, 11 millones de consumidores aún se encuentran en este mercado regulado en el que hay grandes cambios de precio según los días e incluso las horas del día. Una opción más ventajosa cuando el precio de la electricidad es bajo, pero muy gravosa cuando sube. El problema es que esta es la opción más habitual entre los consumidores con menos recursos económicos y obligatoria para los solicitantes del bono social, ya que asegurarse la estabilidad en los precios tiene un coste.
Como ves, ni siquiera las medidas de un gobierno son suficientes para mantener los precios de la electricidad estables. Por eso nosotros apostamos por el autoconsumo, es decir, no depender de factores externos, sino tratar de ser lo más independiente posible del mercado eléctrico consumiendo tu propia energía, ¿cómo?
Instalando paneles solares en tu vivienda o negocio conseguirás reducir hasta un 70 % tu dependencia de la red eléctrica. Directamente consumirás la energía que generan las placas solares de tu tejado y verás el ahorro mes a mes en tu factura de la luz.
Aunque si prefieres ser dueño de tu instalación, la rentabilidad está asegurada. Podrás amortizar la inversión en unos pocos años y a partir de entonces tu electricidad será totalmente gratis durante el día.
Si quieres ser aún más independiente y utilizar tu energía solar incluso cuando no luce el sol, puedes incorporar una batería a tu instalación y llegarás a ahorrar hasta un 80 % en tu consumo.
La independencia energética es una decisión que ha de pensarse a largo plazo, teniendo en cuenta que los precios de la energía difícilmente van a reducirse y que la vida útil de las placas solares se sitúa por encima de los 25 años.
Una solución garantizada y renovable a sólo un clic. Pídenos presupuesto de forma totalmente gratuita y descubre el precio de tu independencia energética.
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